lunes, 7 de junio de 2010

Un Sentimiento Distinto en esta Semana Santa (Sábado 3 de Abril 2010, 7:30pm)

Sábado 3 de Abril 2010, 7:30pm

Un Sentimiento Distinto en esta Semana Santa

Tengo 26 años y toda mi vida he sido cristiana, desde chica mis padres me enseñaron que el hombre es pecador y por ese pecado no tiene acceso al cielo, pero que Jesús, el hijo de Dios, entrego su vida para salvarnos y darnos la vida eterna. Dice en San Juan 3:16 “Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” y pues yo pensaba, “si, Dios nos ama tanto que mando a Jesús para salvarnos, Gracias Dios, por salvarme” y así fue tanto tiempo, tanto tiempo, pero nunca entendí la magnitud de el amor de Dios, nunca fue tan claro como ahora… déjenme explicarme:

Tengo un bebe de 17 meses, y lo amo, es mi vida, el niño de mis ojos, duermo, despierto, como, todo lo que hago en mi día lo hago pensando en él, no hay cosa que yo haga sin que mi niño querido pase por mi pensamiento, quiero estar vigilándolo siempre, tengo que estar segura de que él está a salvo, seguro, que no tiene hambre, ni frió, ni calor, y mi niño querido es un amor, sí, claro, pero también a veces es un cabezón y no me hace caso, al fin, es un niño, le digo “no hagas esto, no te subas a las escaleras, no corras porque te puedes caer” y a veces me hace caso y me lleno de emoción, alegría, gozo, de que él me entienda y haga lo que le pido, pero a veces no, a veces no quiere hacer las cosas, y se hace el que no me escucha, hace lo que quiere, y me hace enojar, pero sea lo que sea, si termina riendo, si no le pasa nada o si termina llorando, aun así, siempre voy detrás de él, siempre acudo en su ayuda, a veces aunque no la pida, siempre, siempre, y cuando algo malo pasa y me enojo o algo así, voy y lo consuelo y lo sobo y lo beso y le digo “mi amor, te lo dije, porque no me haces caso?” y el solo me dice “aquí” señalando el lugar donde le duele o donde quiere que le sobe, lo amo tanto (y aquí recuerdo “porque de tal manera”), lo amo tanto que no importa lo que haga siempre voy a querer lo mejor para él, siempre lo voy a seguir amando.

Y cuando sonríe, cuando veo sus preciosos ojos cafés, cuando aprende algo nuevo, y me lo enseña, me da tanta alegría, tanto gozo, tanto amor, y cuando me ve, corre, me dice “mami” y me abraza, siento una emoción tan inmensa, un sentimiento inexplicable, y a veces cuando está dormido toma mi mano para que no lo deje solo, lo único que quiero es protegerlo, que no tenga pesadillas, que duerma tranquilo, y si está enfermo y lo tengo que obligar a tomar medicina y lo veo llorar y decirme “nooo! Por favor!” me duele tanto en el corazón!, y así podría decirles tantas cosas, tantos sentimientos que provoca ese pequeño niño de apenas 17 meses de vida, tantos, que no puedo enumerarlos o siquiera explicarlos… y si yo, que soy humana, pecadora por naturaleza, egoísta, mala… siento tanto amor por esta creatura, si yo, soy capaz de hacer todo lo posible por el bien de mi niño del alma, que a pesar de todo siempre lo perdono, siempre lo amo, siempre lo procuro, cuanto más amor no siente Dios por nosotros, cuanto más grande, inmenso y profundo es el amor de Dios, de Jesús, que sufrió tanto, que lo dejo todo, que en un momento se dejo morir en soledad sobre una cruz, y todo eso por su amor, por su amor a nosotros, seres humanos pecadores, malagradecidos, nosotros, por ti por mi… y luego lloro y le digo “Dios, perdóname, por ser así, por haber dejado pasar tanto tiempo sin entender realmente tu amor, perdóname por ser esa hija que tanto amas, que tanto, tanto amas y que a veces no te hace caso, que a veces se hace sorda a tu voz y hace lo que no debe, perdóname…” y me veo a mi misma y pienso “yo también quiero ser como mi bebe, quiero aprender cosas nuevas de ti Señor, quiero llenarte de alegría, que mis logros te llenen de mas amor, que me veas y digas “Esa es mi niña!” la que amo tanto y me llena de orgullo, quiero que mi vida sea una ofrenda de olor fragante para Dios, quiero de alguna manera, insignificante tal vez ante la grandeza de Dios, quiero hacer lo que él quiere, quiero darle alegría, quiero darle felicidad, quiero siempre llevar en mi la pasión de amarlo, de siempre recordar su gran amor, de siempre entender su sacrificio, y no ser mas solo una cristiana mas que no entiende las cosas… y no es fácil, no es como aprender a sonreír y decir papi, es un cambio que comienza desde que aceptamos a Jesús en nuestro corazón, pero es un proceso que no termina… y yo me pregunto, donde creí haber terminado? Donde me quede estancada? Donde deje de crecer? Como hago para regresar a donde me quede y seguir adelante? Como hago para hacer feliz a mi padre, a mi padre celestial, como lo hago? Solo puedo orar y pedir que Dios sobe mi corazón, y me ayude a retomar el camino que el quiere que recorra, lo que es mejor para mi, lo que él tiene en sus planes, lo que en su amor inmenso me tiene preparado… “Porque de tal manera Amo Dios al mundo…”

Y ahora no tengo nada más que decir, solo quería compartir con ustedes esto que ha inundado mi mente y mi corazón. Gracias por leerlo.

Atte. July

P.D. Para los que no saben, o no lo conocen, el niño de mis ojos se llama Alek, Alek Isaí

No hay comentarios.: